Entrevista a Francisco Toledo, por Leonardo Da Jandra

Entrevista a Francisco Toledo

por Leonardo Da Jandra

Pareciera que existe un mecanismo misterioso que impele a las sociedades a perseguir y difamar a sus innovadores. Los profetas y preconizadores del cambio han sufrido históricamente el rechazo de los sectores sociales que se aferran al pasado y se enriquecen bajo regímenes de desigualdad e injusticia. Cuando el poder se pervierte en sus determinaciones fundamentales (la económica, la política y la religiosa), la sociedad va inevitablemente hacia la caída. Es entonces cuando adquieren un papel preponderante esos personajes excepcionales que llegan al corazón del pueblo y se convierten en referencias morales e identitarias básicas. Puede ser un estadista, un escritor o un pintor…Lo que tienen en común es la entrega amorosa: de ellos hacia su gente, y de su gente hacia ellos. El pintor Francisco Toledo es uno de esos personajes que ha entregado lo mejor de su vida a su pueblo sin esperar nada a cambio. LdJ: ¿De dónde le viene a Francisco Toledo ese perfilado sentido de solidaridad social que lo ha llevado a destinar gran parte de sus ingresos a proyectos socioculturales? T: No sé realmente. Un poco el ejemplo de la familia, de mi casa. Cuando hubo el movimiento ferrocarrilero oi hablar de la lucha de su líder Demetrio Vallejo, que era del Espinal, en el Istmo. Luego leí un relato de su infancia muy bonito, que lo publicó la revista Siempre. En ese momento de la huelga el centro ferrocarrilero más importante de apoyo fue Matías Romero. Yo ya no era tan chico, pero vi la solidaridad de mi padre con los que se fueron a refugiar a Veracruz; mi papá los ayudaba y eso despertó una gran inquietud en mí. LdJ: ¿Entonces no fue ningún artista el que te inspiró? T: Bueno, yo me enteré de los compromisos sociales de Siqueiros y de Rivera mucho después. En esa época los pintores eran muy solidarios con las causas populares. Pero en realidad, esa preocupación por ayudar vino de mi familia. LdJ: Es innegable, basta ver la efusividad con que la gente te saluda en la calle, que Francisco Toledo ocupa un lugar preferencial en el corazón del pueblo oaxaqueño ¿Cómo explicas esos ataques y difamaciones de ciertos políticos y periodistas hacia tu persona, ese contraste entre el cariño que te tiene el pueblo y el acoso malintencionado por parte de la prensa apegada al gobierno? T: Yo creo que en parte es debido a la poca información que tiene la gente sobre lo que estamos haciendo; y por otro lado están esos pequeños grupos que, aunque tengan información, lo único que les importa son sus broncas, porque solamente piensan en su propio beneficio. Y claro, a mí me meten en medio de sus pugnas, como está sucediendo ahora en San Agustín Etla. Yo llegué a San Agustín en 1996, cuando por causa de un incendio muy grande pedían a través de los periódicos ayuda, comida, carretillas y herramientas para los señores que iban al monte a controlar el incendio. Entonces PROOAX donó algunas cosas y de ahí surgió el primer problema, porque se dijo que el presidente municipal de turno no entregó cuentas claras de lo que se donó. Hubo un movimiento de protesta y derrocaron a la autoridad, y creo que también fue en ese conflicto cuando, para presionar, empezaron a cerrar las llaves que surten el agua a la ciudad de Oaxaca, levantaron barricadas, en fin, todo lo que se acostumbra. LdJ: A mí me fascina la Historia de Oaxaca del padre Gay, me parece una de las mejores historiografías del siglo XIX. Y allí, entre un cúmulo de anécdotas y sucesos magistrales, nos dice cómo los indígenas aprendieron el arte de pleitear de los españoles, de los artesanos y comerciantes contra los encomenderos. De allí proviene ese estado de guerra civil permanente en que vive inmerso el oaxaqueño, el conflicto por cualquier motivo y el rechazo a toda propuesta novedosa Percibes tú eso? No nada más en CASA, sino en todo Oaxaca. Por eso cuando alguien trata de ayudar un bando lo glorifica y otro lo crucifica. T: Bueno, en el caso de San Agustín se habla de que el origen de esta rebeldía y de esta confrontación permanente se remonta a la fábrica de textiles. La mayoría de los obreros vinieron de fuera, de Tlaxcala, de Puebla, de Veracruz, incluso de la sierra, entonces esta población migrante entró en conflicto con los que ya vivían en la zona. LdJ: Una población desarraigada con muy poco sentido identitario y de pertenencia… T: Bueno, pero ya los hijos y los nietos son de ahí. LdJ: Yo viví en Huatulco ese rencor de origen; y como muy bien dices, corresponderá a las nuevas generaciones curar esa herida. Pero sigamos, además del dinero que inviertes en estos proyectos socioculturales, como el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO), que posee una de las bibliotecas más prestigiosas de toda Latinoamérica, el Centro fotográfico Álvarez Bravo, el cine club el Pochote, y más recientemente la Escuela de Bellas Artes y el Centro para las Artes de San Agustín (CASA), has invertido también mucho tiempo y esfuerzo en apoyar todo tipo de proyectos ambientalistas, ¿no es desesperanzador que un propósito tan bello se vea enturbiado por intereses mezquinos que sólo buscan hacer daño y nada más piensan en su propio beneficio? T: Pues ya es tarde para desilusionarme. He invertido veinte años de mi vida en todos esos proyectos y tengo que seguir defendiendo el IAGO, el Pochote y el Centro Fotográfico Álvarez Bravo, tengo que estar ahí. Es cierto que he dado mucho tiempo, que he perdido mucho tiempo que pude haber dedicado a mi obra, y sí me arrepiento de no haberme dedicado de tiempo completo a mi obra, y de no haberle hecho caso a Tamayo cuando me dijo: “¿Y usted qué hace aquí en Oaxaca? ¡Sálgase cuanto antes!” LdJ: Hace más de tres décadas estuviste con otros intelectuales y luchadores sociales en Juchitán para apoyar la constitución de un municipio autonómico ejemplar( si no me equivoco, el primero en México). Hoy en San Agustín Etla las autoridades han dividido a la población en dos bandos y tu nombre y tu prestigio son usados como armas de chantaje. ¿Cómo ves después de tanto tiempo de luchador social la perspectiva en San Agustín en relación con la comunidad y la política? T: Bueno son dos casos diferentes. Lo que puede parecer igual es el hecho de que en Juchitán, y antes de que existiera La COCEI, propusimos la creación de la Casa de la Cultura como un centro de discusión y de acercamiento para los intelectuales. Estaban Macario Matus, Víctor de la Cruz, Andrés Henestrosa y otros pintores que hicieron de la casa de la cultura su centro de trabajo; se hizo la biblioteca, hubo exposiciones, cine club… LdJ: También invitaste a Monsiváis, Poniatowska… T: Sí, pero digamos que inocentemente… LdJ: ¿Por qué inocentemente? T: Porque no sabíamos lo que iba a pasar. No había una visión clara en el sentido de vamos a cambiar por completo a Juchitán. Es cierto que había mucha violencia, algunos terminaron en la cárcel y a otros los mataron, como a un diputado del Partido Popular Socialista. En ese entonces yo no era reconocido. Me dedicaba a viajar por el Istmo y me dedicaba a investigar los pigmentos que usaban los campesinos, axiote, añil y otros. LdJ: ¿Y tu relación con la Casa de la Cultura de Juchitán? T: En realidad la Casa de la Cultura nació porque Tamayo me recomendó con don Víctor Bravo Ahuja, entonces él estaba saliendo de gobernador para la Secretaría de Educación Pública .Lo fui a ver y a partir de ahí empezó a comprarme pintura. Le dije que queríamos un museo de antropología para Juchitán, pero él me dijo que no, que mejor una casa de la cultura. LdJ: Como bien dices, la realidad histórica de San Agustín es otra. ¿Crees que si los comuneros tuvieran claro lo que significa CASA para Oaxaca, y sobre todo para su propia comunidad, se evitaría la manipulación y el chantaje? T: Mira, hay un grupo que encabeza el presidente municipal y los comuneros cuyos derechos fueron reconocidos por la Secretaría de la Reforma Agraria, son con los que yo he tratado más y los que hasta ahora habían tenido control de San Agustín. Y de pronto sale otro grupo de comuneros luchando por el poder y exigiendo los derechos que según ellos también les corresponden… LdJ: Son los que alegan que no cobraron lo que les correspondía por la venta del predio donde se estableció CASA. T: No, no creo. Los que no cobraron pertenecen a otro grupo que parece que se autodenominó los talibanes…En el conflicto actual no tiene que ver nada CASA, es un conflicto agrario con los viejos problemas de la tierra y el agua; pero aprovechan este pretexto para hacer ruido y calumniar a mi persona. LdJ: Porque saben que tu imagen tiene una proyección social. T: Quién sabe la solución que les vayan a dar la Secretaría de Cultura y CONACULTA. LdJ: Corre el rumor de que te retiras de CASA, ¿te vas satisfecho con lo realizado? T: (Entre risas) No quiero arriesgar el pellejo; yo he ayudado en lo que he podido, pero no quiero ser el pretexto para que se sigan peleando. LdJ: ¡Entonces no piensas ayudar a solucionar el conflicto? T: No. Yo creo que este problema lo tienen que resolver entre ellos. En lo que concierne a la propiedad, los dueños son el gobierno del estado y CONACULTA; mi parte la dono a quien la acepte. Y decidí donar mi parte, porque eso puede contribuir a una solución del conflicto. Ahora toda la responsabilidad debe ser del gobierno del estado y de la federación, porque ellos aportaron una buena cantidad de dinero para hacer el edificio y asegurar el funcionamiento y administración del mismo. Si yo soy un impedimento pues me retiro y seguiré las cosas de lejos. LdJ: Yo no creo que los ciudadanos conscientes consideren que tú seas un impedimento; por el contrario, creo que eres una garantía para evitar que ese hermoso lugar se convierta en una ruina cultural o que caiga en manos de una burocracia sin alma. T: Tarde o temprano yo me tendré que ausentar de allá y de todos lados…Tengo que ver ya qué va a pasar con todos esos proyectos que he creado. LdJ: Muchos habitantes de San Agustín comentan que no es justo que por los ataques malintencionados de un pequeño grupo vayan a perder tu apoyo en CASA. Dicen que es un grupo muy pequeño y que la gran mayoría de la sociedad está contigo, que no es justo que te retires por culpa de este grupito de revoltosos… T: Por el momento las autoridades con las que hemos trabajado no han dicho nada, y son ellas las que deberían dar la cara, dar una opinión. LdJ: Habrá línea política. ¿Qué ha dicho el gobernador? T: Dice que le demos tiempo. Nos recibió amablemente y dijo que él se encarga, pero que ahora tiene otras prioridades. LdJ: Tú has practicado como nadie la Guelaguetza, (según el padre Gay, la Guelaguetza es un don que se da a porfía con la obligación moral de retribuirlo en la medida de nuestras posibilidades). T: Sí, se da en toda Oaxaca, pero aquí me vine a enterar que la Guelaguetza significa ayuda mutua. En Juchitán le decimos Guenda Lizaa. LdJ: Lo que quiero decir es que Franciso Toledo ha dado a manos llenas a Oaxaca, su talento y su dinero. ¿Te consideras satisfecho con lo que te ha retribuido Oaxaca y los oaxaqueños? T: Bueno, en primer lugar lo que hemos hecho no ha sido en el sentido de esperar ser retribuido. Me ha tocado la suerte de tener más que muchos y dar un poco de lo que he ganado; pero jamás esperé que de alguna forma me restituyeran lo que yo estaba dando. Si eres privilegiado al recibir ciertos dones, tienes que dar más. Mi única intención es hacer bien las cosas, que todo quede bien constituido para que dure, buscar que se beneficie la mayor cantidad de gente. A mi me preocupa la pobreza que sufre el pueblo de Oaxaca, las injusticias y los abusos; en fin, me preocupa tanta desigualdad y tanto atraso. LdJ: El próximo mes cumples setenta años. Sé que no te gustan los homenajes, pero considero que es un deber de la sociedad agradecer a sus mejores hijos la grandeza de la obra realizada y no esperar a que estén muertos para rendirles homenajes. ¿No es un absurdo que la clase política ataque y le haga la vida imposible a su creador más notable, y que luego aproveche su muerte para decir una sarta de estupideces encomiásticas? T: La verdad es que no pienso mucho en eso. Si celebro mis setenta años los celebraré con mis amigos; no creo que sean muchos, pero no quiero ningún homenaje regional ni nacional, ni nada que tenga que ver con multitudes ni con bandas ni con mañanitas…. Cero homenajes. Sentarme en una mesa con la gente que quiero creo que es lo mejor que me puede pasar. LdJ: ¿No aceptarías una estatua a manera de homenaje? T: No, no. La ciudad está bien así; fue una acción exitosa de PROOAX librar de monumentos el Centro Histórico. Quitamos la de Flores Magón y otros monumentos del Centro Histórico. LdJ: Pero se les escapó la de Benito Juárez que está en Vigueras, y que es horrible… T: Tratamos, pero no se pudo. Nuestra escultura cívica es muy mala, no es artística. Sólo en Tamazulapan hay una escultura de Zúñiga muy bella, pero esa es la excepción.

OTRAS VIAS DE PRESION CONTRA LA CLASE POLITICA

LdJ: Como ciudadano de la capital, ¿te parece bien que se bloqueen las calles para solucionar injusticias? T: En el conflicto pasado del 2006 hicimos varios lemas al respecto. No estamos de acuerdo con ningún tipo de bloqueos ni de manifestaciones que atentan contra la libertad de tránsito de la ciudadanía. No solamente hablo de los maestros, sino que la ley tiene que ser pareja para todos, es indispensable respetar la civilidad. Hay que buscar otras vías de presión contra la clase política que no perjudiquen a la sociedad. No podemos aceptar esas pintas y esos grafitos, aunque sean artísticos, que dañan los monumentos históricos. LdJ: ¿Cómo va tu aliento creativo?, ¿vas a tener más tiempo ahora que te liberes de CASA? T: (En franca risotada) Empezó como un ventarrón y acabó como un chisguete…Bueno, estoy haciendo un proyecto que me encargó el arquitecto Legorreta, una puerta para la Facultad de Economía de la UNAM, y la estoy haciendo en vidrios de colores en varios módulos con metal, micas y hojas de cobre. LdJ: ¿Estás a gusto con el vidrio como material estético? T: Todavía no acabo de verlo completo, voy a esperar a que se instale la puerta para ver el trabajo completo. Pero es para mí un proceso nuevo y eso me da esperanza. LdJ: ¿No piensas hacer otra obra monumental como la Lagartera que lucen con orgullo en Monterrey? T: Ya no tan grande. Creo que parte de mis males empezó con esa obra. El utilizar materiales contaminantes, en fin, demasiado esfuerzo … LdJ: ¿Cómo ves el paso de los años en tu experiencia creativa?,¿es cierto que con la edad se decanta la sabiduría o llega más bien el agotamiento y la rumia creativa? T: Bueno, creo que he sido un hombre con muchos pecados y yerros. La verdad no me veo como un hombre sabio. Yo pensé que con la edad sería así, pero no, no es mi caso. Yo considero la sabiduría como algo que sólo posee la gente que ha dominado el deseo y que vive en paz, alguien que no regaña ni pelea ni desea el mal a nadie ni mira con lascivia a la mujer del prójimo. Por lo demás ya estoy cansado de la pintura. Llevo cincuenta años pintando, empecé muy joven y casi sin muchos cambios en lo que he hecho. Ya me aburro ya me cuesta trabajo empezar algo, no puedo ya hacer algo sin abandonarlo porque me salen los chapulines, los sapos, ya no me puedo salir de ahí. La salud ya no es la misma, ya no tengo la misma energía para mover grandes cuadros, hasta sacarle punta a un lápiz me cuesta trabajo. LdJ: ¿Cómo ves la situación electoral en Oaxaca? T: No sé qué vaya a pasar después de las elecciones. Ignoro si habrá más violencia. Pero lo que yo le pediría al próximo gobernador es que abriera más bibliotecas, más programas de lectura, más apoyo a la pintura y en general, a todas las expresiones artísticas. Y bueno, que impulse el desarrollo económico con justicia y paz social. Pero estoy muy consciente de que Oaxaca es una entidad muy compleja y no hay un modelo a seguir.